De las amargas olas de tu llanto
Nacieron las espumas de tu risa, Y hoy no distingue el ánima indecisa Lo que es en ti gemido y lo que es canto. Ya del austero Bruto con el manto, Ya de Marcial siguiendo la divisa, Del tiempo, que de ti se aleja aprisa, Eres admiración, gloria y encanto. Bajo los dardos de tu ingenio agudos, El vicio y la maldad doblan las frentes, Hay jueces sordos y tiranos mudos, Que tal fue tu misión entre las gentes: Ir por la tierra con los pies desnudos, Aplastando cabezas de serpientes.
II
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