Ladrar a la Luna
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la Luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros en la Tierra?
Si alguien aspira a derribarte, yerra,
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede el ataque ni un minuto?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansas de luchar...? ¿No lo discuto!
Mas, oye, amigo, este refrán de paso:
¿Se apedrean las plantas que dan fruto?
¿Quién del árbol estéril hace caso?
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