La Lira
Cuya voz nos aflige o nos encanta; | ||
Cuando la pulsa el entusiasmo, canta; | ||
Cuando la hiere la maldad, suspira. | ||
Ruge al contacto de la vil mentira; | ||
El choque de la duda la quebranta, | ||
Y al soplo del amor y la fe santa, | ||
Himnos entona, con que al mundo admira. | ||
Yo la mía probé, y estoy contento: | ||
¡Bendito tú, Señor, que me la diste | ||
Templada en la bondad y el sentimiento, | ||
Y las cuerdas en ella no pusiste | ||
Del necio orgullo, del afán violento, | ||
Del odio ruin y de la envidia triste! |
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