Jauría de
delincuentes.
Por
Alejandro Descalzo
La
descomposición de este país es un hecho incontestable. Ese hedor a detritus
social ha calado hasta pudrir los cimientos de la patria. Vivimos el desastre
moral como objetivo primordial para terminar con la columna vertebral de la
civilización y este deterioro a nivel mundial, aquí en España, ha tomado un
cariz que a los pocos ciudadanos que vemos todos los días hacia dónde vamos.
Hacia dónde nos dirigen estos políticos criminales que padecemos nos produce
rabia y tristeza contenida.
Políticos delincuentes que agasajan a
delincuentes y criminales. Políticos que están aquí destruyendo este país
porque son votados por una sociedad cómplice y también responsable de sus
tropelías y desmanes.
Sin ningún disimulo se recibe a narcos y expresidiarios
con todo aparato del estado puesto de rodillas. Recibir al narcoterrorista y
actual mandatario de Colombia, el miembro del M19, Gustavo Petro, es un insulto
a este pobre país agonizante. Que se le imponga la gran cruz de Isabel La
Católica y se le entregue la llave de oro de la ciudad, mientras el tipejo nos
insulta y se ríe de nosotros en nuestra cara, es algo muy grave. Ser recibido
con todo boato por el monarca masón es mearnos a todos sin disimulo, con todo
descaro y desvergüenza. Cuando no hace demasiado tiempo también fue agasajado
el ladrón de Lula, recién sacado de la cárcel por los suyos, por este gobierno
esclavo del Foro de São Paulo, tampoco nadie protestó ni dio un grito más alto
que otro. Que nadie se equivoque.
El numerito de VOX de abandonar en grupo los escaños del Congreso es solo una
postura dirigida a intentar arañar un par de votos en las elecciones que se
avecinan. La otra postura, la de Feijóo y sus huestes de gentuza impresentable
aplaudiendo al terrorista Petro, es la evidencia clara de lo que puede pasar a
España después de las elecciones de diciembre. Para salir corriendo.
Basura por
todas partes. Basura por donde se mire. Una izquierda agarrada al poder y
consentida por una ciudadanía cómplice de indeseables analfabetos que
abandonan las colas del hambre de Caritas para ir a votarles. Basura de una
derecha podrida que eleva a gentuza a Comunidades y Ayuntamientos, que hacen lo
mismo que todos sin ningún disimulo ni vergüenza.
Jauría de delincuentes que se abrazan con otros
delincuentes como ellos. «La hora de los enanos» que tan certeramente explicó
el jefe y que se vuelve a repetir sin posible arreglo, ya que ni Él ni Franco
esta vez pueden hacer nada para salvarnos del desastre al que estamos abocados
sin posible remisión.
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