martes, 12 de abril de 2022

Crítica a «44 Hechos científicos corroborados por la Biblia» (V)

Crítica a «44 Hechos científicos corroborados por la Biblia» (V)

 


 

Seguimos con nuestra particular crítica a las supuestos conocimientos anticipados por la Biblia, con una mezcla de imaginaciones y absurdos que dificilmente pueden pasar por constataciones de hechos científicos.

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19. Lucas 17:34-36 El movimiento de rotación de la Tierra. Jesucristo dijo que en su venida algunos estarían durmiendo por la noche mientras que otros estarían trabajando durante el día. Una clara evidencia sobre el movimiento de rotación de la Tierra causando el día y la noche de una manera simultánea en diferentes lugares del mundo.

Suena bien, pero veamos que dice el bueno de Lucas:

Lucas17: 34: Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.

Lucas 17:35: Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.

Lucas 17:36: Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.

Reina Valera Gómez (2010)

Conocimiento de la rotación de la Tierra no lo se, pero imaginación le echa un rato el intérprete. Deducir que la profecía de Lucas acerca de la llegada del Mesías afirma que la Tierra rota sobre su eje porque dos tipos estarán en la cama, dos mujeres moliendo y dos más en el campo, me parece una demostración un poco débil. Con esa exigencia en las pruebas, habríamos demostrado la existencia del Bosón de Higs hace años (bueno, habrá que seguir leyendo, que es posible que ya lo supieran los cronistas bíblicos).

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20. Génesis 9:13-16 El origen del Arco Iris. Antes del Diluvio Universal no se conocía la lluvia (Génesis 2:5-6). Los Arco Iris se forman por las precipitaciones pluviales donde las gotitas sirven de prismas separando la luz blanca del sol en su espectro de siete colores.

Vamos a ver: no hay que ser muy espabilado, aunque vivieras hace 3.000 años, para asociar el arco iris a la lluvia. Ya Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C) atribuyó este fenómeno a la reflexión de la luz sobre las nubes, aunque en realidad, se trata de un enrevesado recorrido de la luz en las gotas de lluvia. Cada una de ellas actúa como un pequeño prisma, produciendo un complejo juego de reflexión y refracción del haz lumínico, que sufre una dispersión dependiendo de las diferentes longitudes de onda. La luz entra en la gota y se refracta, luego se refleja contra la parte posterior de la gota y al volver hacia atrás vuelve a refractarse y sale de la misma. Esto produce que la luz salga en una dirección parecida a la que entra (130 grados con respecto a la dirección que llevaba al entrar), lo que produce que para ver un arco iris el sol debe estar prácticamente a nuestras espaldas.

Refracciones y reflexiones en una gota de lluvia

Refracciones y reflexiones en una gota de lluvia

Juzguen ustedes mismos lo que dice Génesis 9:13-16: «Mi arco pondré en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y será que cuando haré venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré de mi pacto, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no serán más las aguas por diluvio para destruir toda carne. Y estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la tierra.» (Reina Valera, 2010)

Yo, personalmente, creo que lo de que las «gotitas sirven de prismas separando la luz del sol en su espectro de siete colores», no se entiende de este fragmento de texto ni por asomo. Por el contrario, la Biblia refleja el saber popular de la época recogido por el propio Aristóteles, que asociaba el arco iris a las nubes.

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21. Job 38:24 La Luz puede Dividirse. Isaac Newton lo comprobó siglos atrás. En la Biblia estaba registrado milenios antes.

Dispersión de la luz a través de un prisma

Dispersión de la luz a través de un prisma

La refracción es un efecto que sufre una onda cuando incide oblicuamente sobre la superficie que separa dos medios con una densidad diferente (por ejemplo, aire y agua). En ese punto, la onda sufre una desviación con respecto a su trayectoria original. Esto es lo que vemos cuando sumergimos un lápiz en un vaso de agua: parece que el lápiz se ha doblado bruscamente en la superficie. El grado de desviación depende de su longitud de onda, por lo que unos colores se desvían más que otros. Si el haz de luz es de color blanco, al estar compuesto por una mezca de todos los colores, cada uno de ellos sufre un grado de refracción distinto, separándose visualmente. Este fenómeno se conoce como dispersión de la luz, y es muy conocido gracias a la sencilla experiencia de hacer pasar un haz de luz blanca a través de un prisma de cristal, que es lo que hizo Isaac Newton.

Pero veamos como registra la Biblia la dispersión de la luz:

Job 38:24 dice: «¿Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el viento solano sobre la tierra?»  (Reina Valera, 2010).

No se si es necesario comentarlo, pero lo de que la luz se reparta por el camino no tiene mucho que ver con el prisma de Newton. De hecho, utiliza el mismo símil con el viento, diciendo que se «esparce» sobre la Tierra. En algunas versiones, como la Biblia de las Américas (1997) puede leerse «divide» en lugar de «reparte»: «¿Dónde está el camino en que se divide la luz, o el viento solano esparcido sobre la tierra?», pero otras versiones utilizan el término «expandir», «distribuir» o «dispersar».

Obviamente, se trata de un término confuso que según los propios estudiosos de la Biblia hace referencia a la luz de la mañana, la cual parece venir de un punto y que se extiende rápidamente por toda la Tierra. Parece recogida o concentrada en el este y, tras «dividirse» o «esparcirse», cubre la faz del mundo. Aquí Dios pregunta a Job si es capaz de explicar tal fenómeno, dentro de un diálogo en el que le pregunta por cosas imposibles de conocer por los mortales en aquel entonces (Job 38:28-29, ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío? ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró? ).

Lejos de demostrar ningún conocimiento posterior, el libro de Job se revela como testigo de su tiempo. Las incontestables preguntas que Dios hace a Job, hoy podrían ser respondidas en su mayor parte por cualquier escolar.

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22. Salmo 8:8 Corrientes Oceánicas. Tres mil años atrás la Biblia describió “senderos del mar” Matthew Maury el padre de la oceanografía leyó este pasaje de la Biblia y se dedico a investigar estos supuestos “senderos”. Gracias a su estudio y dedicación pero sobre todo su fe en la Palabra de Dios, hoy los navegadores marinos cuentan con información específica que siguen estas corrientes marinas, disminuyendo así, por muchos días el tiempo requerido para navegar por los océanos.

Aquí, Nemo y sus colegas interpretando Salmos 8:8

Salmos 8:8 dice «las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar.»

Hemos dicho muchas veces que no vale hacer trampa. Si este pasaje habla de las corrientes oceánicas, está diciendo que las aves nadan a través de estas corrientes, lo cual dista mucho de ser un hecho científico que digamos. Lógicamente, la interpretación más natural, como citan diversas versiones comentadas, es que se refiera a todo lo que se mueve en o sobre las aguas.

Por otro lado, la afición oceanográfica de Matthew inspirada en su lectura de Salmos, 8:8 únicamente he sido capaz de encontrarla en Answer in Genesis, conocido panfleto creacionista, aunque cualquiera sabe, numerosos naturalistas realizaron sus estudios para glorificar la creación. Lo cortés no quita lo valiente…

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23. 1 Corintios 6:18 La Promiscuidad Sexual causa Trastornos en la Salud. En la Biblia se advierte que: “el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Y sobre la homosexualidad advierte: “…recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (Romanos 1:27).

Efectivamente, la promiscuidad sexual puede causar trastornos en la salud, de igual forma que los puede causar ir comiendo carroña por el campo, ser perseguido por tigres dientes de sable o aventurarse a conquistar los fríos terrenos norteuropeos.

Y es que nada es gratis, amigos. La reproducción sexual, como prácticamente cualquier otro caracter adaptativo, no es absolutamente beneficioso, sino netamente beneficioso. De igual forma, tener un cuello largo es beneficioso para una jirafa, pero también es una mala pasada el tener que bombear la sangre hasta tan alto.

Todos estos ejemplos, que son la norma, lo único que demuestran es que la naturaleza y el proceso evolutivo no son perfectos. La selección natural simplemente favorece aquello cuyas ventajas superan -aunque sea por poco- a los inconvenientes. Así ocurre, por ejemplo, con la famosa anemia falciforme, tan odiada por los creacionistas; en un ambiente sin malaria, es una clara desventaja, pero un medio con gran incidencia de la enfermedad, el balance neto arroja una mayor posibilidad de supervivencia.

No sabían nada los egipcios hace 5.000 años…

En este sentido, el desarrollo de la reproducción sexual representa una serie de inconvenientes muy serios para los organismos que la poseen: un enorme gasto energético, un período de especial vulnerabilidad ante los predadores (tanto durante las paradas nupciales como durante la propia cópula) y, como bien dicen estas buenas gentes, un mayor riesgo de contraer enfermedades. Visto así, resultaría extremadamente irónico, por no decir cruel, que un bondadoso hacedor haya optado por este mecanismo para sus creaciones más amadas. Y no se trata precisamente de un castigo, dado que según sus creyentes, el divino creador inauguró nuestra especie con una pareja heterosexual, antes de existir pecado original alguno.

Sin embargo, una explicación adaptativa es mucho más coherente. La naturaleza no es irónica ni cruel, simplemente es como es. Si algo es doloroso, peligroso o desagradable, será seleccionado sin más contemplación en el caso de que otorgue una ventaja reproductiva.

En cuanto a la demonización de la homosexualidad, de verdad científica tiene muy poquito. Solamente los trastornados repletos de prejuicios mantienen que los homosexuales deban ser castigados por su desviación. Nuestro conocimiento científico no dice que ser maricón sea malo para la salud, lo que dice que es malo es follar sin condón, sea con un hombre, con una mujer o con una oveja.

Por otro lado, tampoco hay que tener muchas luces para deducir que cuanto más y con más gente se copule, mayores probabilidades de contraer una enfermedad venérea. Una cosa es que los escritores bíblicos no dispusieran de conocimientos del siglo XX y otra muy distinta que fueran idiotas.

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24. Génesis 1:27-28 La Reproducción de las Especies. Mientras que la evolución no tiene un mecanismo para explicar la evolución de los órganos masculinos y femeninos, la Biblia explica que desde el principio (Marcos 10:6-8) Dios los hizo en orden para propagar la raza humana y animal.

Evolución de la reproducción sexual según el Génesis (versión para colorear)

Joer, pues se le olvidaron las bacterias, los virus y una buena traca de organismos partenogenéticos. Además, y retomando el punto anterior, ¿como se puede ser tan maquiavélico para crear como mecanismo reproductor la reproducción sexual y luego cargarla de enfermedades y prohibirla? Ya, claro, los caminos del Señor son inescrutables, menudo carácter…

A ver, almas cándidas, ya os lo djo vuestra mamá y os lo repitieron en el cole: no-debes-engañar-a-tus-amiguitos. Aunque estemos hartos de repetirlo, insistiremos en que el no conocer un hecho no justifica cualquier explicación inventada. No sabemos cuantos planetas enanos hay más alla de Plutón, y eso no demuestra que haya 123 o que no haya más que 2.

Sabemos las ventajas que representa la reproducción sexual, y entendemos cómo pudo ser seleccionada positivamente por ellas. Tenemos varias hipótesis sobre la forma en que ésta pudo evolucionar a partir de organismos asexuales, y -en lugar de aceptar la existencia de un unicornio rosa-, seguiremos investigando para comprender tan importante fenómeno.

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25. Jeremías 33:22 Incontable Número de Estrellas. A simple vista se aprecian alrededor de 5,000 estrellas. Dios afirmó que el hombre no iba a poder contar las estrellas del cielo. En el siglo 17 Galileo apenas vislumbró la inmensidad del universo con la ayuda del telescopio. Hoy los astrónomos estiman un aproximado de -Diez mil billones de trillones de estrellas- esto equivale a un 1 seguido de 25 ceros.

No, no. Las estrellas se pueden contar, de igual forma que se pueden contar los granos de arena de una playa. Otra cosa es que haya muchos, y resulte extremadamente difícil sin determinado grado de tecnología. Obviamente, contar las estrellas del cielo (que dependiendo de las condiciones atmosféricas varían en su número visible), puede ser considerada una tarea tan titánica que muy bien puede ser utilizada como símil de gran cantidad.

De hecho, una enorme cantidad es lo que quiere significar Jeremías 33:22 cuando dice

«Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la simiente de David mi siervo, y los levitas que a mí ministran.»

¿O acaso está insinuando que el número de humanos es infinito, al igual que la arena del mar?  Hoy día, podemos estimar el número de estrellas (de hecho lo cita incongruentemente el propio intérprete) así como medir la arena del mar. Algo impensable hace veinte o treinta siglos. Es decir, lo único que está diciendo Jeremías es que los hijos de David iban a ser muy numerosos, o dicho de forma poco científica, «incontables».

Estimación científica del número de estrellas de la imagen: «tantas como granos de arena en la playa de la Concha»

En estas siete nuevas «pruebas», tampoco encontramos nada que no fuera esperable de los conocimientos de la época. Veremos en las siguientes…

 

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