domingo, 17 de abril de 2022

Los Sedimentos del Diluvio

Los Sedimentos del Diluvio

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Siguiendo al profesor Emérito de geología estructural de la Universidad de Massachusett, Donald U. Wise, a Christopher Gregory Weber del National Center for Science Education (NCSE), y a otros autores, vamos a continuar con nuestro recorrido por la alucinante Teología de la Inundación.

 

Edad relativa y escala cronológica:

La cronología relativa es un método para determinar la edad de un determinado elemento geológico, paleontológico o arqueológico en relación a otro. De esta forma, no se define una edad o antigüedad absoluta, sino que se emplean comparaciones tales como «más moderno que» o «contemporáneo a».

Los principios estratigráficos de superposición (un estrato es más moderno que el que se sitúa por debajo) y continuidad (la edad de un estrato es similar en toda su extensión) son ampliamente utilizados, aunque es preciso que se cumplan determinados supuestos, como la no alteración del terreno por plegamientos ulteriores.

 

estratos-2Cuando por alguna causa no es posible observar esta estratificación de forma directa e inequívoca, existen varios métodos que pueden ayudarnos, como  la identidad paleontológica (fósiles similares indican edades similares), la presencia de rocas magmáticas atravesando terrenos más antiguos o encerradas en forma de clastos en conglomerados más jóvenes o el estudio de la composición de polen (datación polínica), entre otros.

Escala creacionista

El geólogo creacionista Austin (1994) interpreta todas las  rocas sedimentarias desde el Cámbrico (que comenzó hace 542,0 ± 1,0 millones de años) hasta el Cretácico (que terminó hace 65,5 ± 0,3 millones de años) como parte de los “depósitos del Diluvio”.  Sin embargo, otros creacionistas, consideran la “Explosión Cámbrica” -la aparición repentina desde el punto de vista geológico de abundantes fósiles multicelulares a comienzos del Período Cámbrico,  hace 542/530 millones de años- como el límite Prediluvio/Diluvio (Hunter, 2000).

Al situar el Diluvio al final del Cretácico, Austin denomina a los principios de la Era Cenozoica (65,5 ±0,3 millones de años – actualidad), como “depósitos post-Diluvio». Mientras que Mario Seiglie (2008), responsabiliza a la gran extinción que acabó con los dinosaurios en aquellas fechas a la rebelión de Satanás y sus Ángeles Caídos (interpretando a  Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:13-18; Lucas 10:18; 2Pedro 2:4 y Apocalipsis 12:3-4).

Finalmente, Wise (1998), no está seguro de las fechas que Austin atribuye a los depósitos del Cenozoico post-Cretácico en las llanuras costeras y plataformas continentales, algunos de los cuales alcanzan espesores de 12 km (como en el Delta del Misisipi), incluyendo a la mayor parte de estos como «depósitos del año del Diluvio» o bien depósitos marinos pre-Diluvio depositados en los continentes durante la gran inundación.

Sin embargo, la naturaleza plana y relativamente poco perturbada de estos depósitos argumenta fuertemente en contra de tales modelos de dumping de los sedimentos pre-inundación. Pero veamos que nos dice la geología y los métodos de datación relativa al respecto.

Geoquímica y distribución de las rocas en el tiempo

Conocemos rocas magmáticas de todas las edades, formadas cuando el magma se enfría y solidifica, aunque son más abundantes cuanto más antigua es la época, al haber sufrido los terrenos mayores períodos de erosión que las han ido dejando al descubierto.

Las rocas sedimentarias, derivadas de éstas, presentan importantes diferencias de composición química. Por ejemplo, las rocas sedimentarias antiguas, formadas en ambientes litorales poco profundos que posteriormente se incorporaron a los continentes, presentan características muy distintas a los depósitos oceánicos profundos (fangos azules, globigerinas, etc.) que fueron depositados desde un principio en las profundidades oceánicas.

imagesOtro fenómeno importante es la alternancia entre calcita y aragonita en los mares y océanos a través del eón Fanerozoico  (542,0 ±1,0 millones de años hasta nuestros días), producido por un patrón cíclico en las condiciones y fauna oceánicas. Así, entre los depósitos menos profundos la frecuencia relativa de calcitas es muy baja en el Precámbrico, aumentando del Cámbrico al Cretácico,  para disminuir de nuevo hasta la actualidad. Así, el porcentaje de calizas en relación con el conjunto caliza-dolomía, varía desde un 35% hasta el Silúrico, 76% en el Carbonífero, 94-95% del Cretácico al Terciario, y 91-92% desde entonces hasta ahora.

Por último, entre los depósitos terrestres o de aguas continentales aparecen antracitas (posibles antiguos carbones de algas) a partir del Precámbrico, así como hullas de detritos de madera y frondas del Carbonífero al Terciario,  los lignitos del Triásico al Cuaternario y las turbas del Terciario a la actualidad. Estas variaciones en el tiempo, por una parte se deben a la diagénesis o al metamorfismo, (transformaciones posteriores a la deposición de las rocas) y por otra al hecho de que la flora que proveía la materia prima, o las especies bacterianas responsables de su ataque, pudieron cambiar durante el transcurso del tiempo y, variar en las condiciones fisiológicas de las fermentaciones.

Todas estas diferencias temporales resultan muy difíciles de explicar bajo una teoría de deposición simultánea en el diluvio.

Cubierta sedimentaria de los continentes

Los continentes típicos presentan un sótano granítico con una cubierta Cámbrica relativamente plana y rocas sedimentarias más jóvenes por encima, con espesores promedio (1,5 km) hasta cinco veces mayores que el grosor de la cubierta que se encuentra en el lecho de los océanos (Sloss, 1988). Según Edgar Huamán Julca de la Iglesia Adventista del 7º Día, es muy importante el hecho de que cerca de 1/3 de los sedimentos continentales presentan fósiles marinos, lo que indica su origen oceánico, y concuerda bastante bien con la idea del levantamiento de sedimentos marinos postulada por su profeta Ellen Gould Harmon de White.

Drumheller_ChannelsLos geólogos del Diluvio afirman que las cuencas oceánicas y los continentes consisten esencialmente el mismo tipo de corteza, siendo la diferencia principal que las cuencas oceánicas y los continentes se redujeron a lo largo de las fallas verticales. Su hipótesis tiene dos problemas. En primer lugar, si el diluvio inundó continentes enteros, entonces la mayoría de los sedimentos y rocas sedimentarias del mundo deberían encontrarse en las cuencas oceánicas. Los Channeled Scablands, en este de Washington (EEUU), lucen a pequeña escala, como los continentes se verían si la geología de inundación fuese verdadera (Shelton, 1966).

Estos canales se formaron por las inundaciones catastróficas que acontecieron de forma periódica en el este de Washington y bajo la Meseta del río Columbia durante el Pleistoceno: durante la última edad de hielo, un glaciar represado actualmente por el lago Lago Missoula, originó al fundirse flujos de agua de 2.084 km3, que despojaron  catastróficamente de su cubierta a miles de kilómetros cuadrados de esta región.

Sin embargo, rocas ígneas desnudas como éstas rara vez se encuentran fuera del estado de Washington. Por el contrario, los continentes y las plataformas continentales están cubiertos con sedimentos y rocas sedimentarias con un grosor de hasta 12.000 metros, mientras que las cuencas oceánicas presentan menos de 1 km de grosor de sedimentos, excepto cuando se topan con una plataforma continental, donde se reúnen la mayor parte de los sedimentos vertidos por los ríos. Pocos sedimentos llegan hasta las cuencas oceánicas profundas. La teoría de la deriva continental nos lleva a esperar exactamente este resultado, pero, sin embargo, es exactamente lo contrario de lo que predice la geología de inundación.

1: Corteza continental. 2: Océano. 3: Manto superior. 4: Corteza oceánica.

1: Corteza continental. 2: Océano. 3: Manto superior. 4: Corteza oceánica. (Fuente: Wikipedia)

Por otro lado, como hemos dicho, los continentes son en su mayoría losas de granito de unos 30-60 km de espesor. La corteza continental granítica destaca muy por encima de las cuencas oceánicas y posee raíces más profundamente hundidas que éstas, al ser el granito más ligero que el basalto y por lo tanto flotar sobre el manto viscoso de la Tierra.

Estos datos sobre sedimentos y flotabilidad, bien conocidas por cualquier estudiante de primer año geología, también causan graves dificultades para la geología de inundación.

Los sedimentos de aguas profundas

Las columnas oceánicas típicas tienen unos 800 m de sedimentos (Worzel, 1974). Las actuales tasas de la acumulación de estos sedimentos en los fondos oceánicos profundos del Pacífico en forma de  lodos, lodos calcáreos, fangos silíceos y arcillas rojas son, respectivamente, de 0,2, 0,02, 0,005 y 0,001 mm/año (Berger, 1974). La tasa de deposición Atlántica es de probablemente el doble de la del Pacífico, debido a que la mayoría del océano Pacifico se encuentra alejado de la tierra, que es la fuente de sus sedimentos. Si suponemos, como promedio, una velocidad de depósito de 0,01 mm/año, la acumulación de 800 m requiere unos 80 millones de años, un valor bastante razonable para la edad media de las cuencas oceánicas.

Sin embargo, todos los modelos de «tierra joven» requerirían que esta acumulación se originara a finales del año de la gran inundación o durante los 4.500 años posteriores, lo que supondría una tasa promedio de unos 20 cm/año, es decir, 20.000 veces la del presente. Toda la sedimentología de grano muy fino y los lodos de aguas profundas exigen tasas de sedimentación extremadamente lentas en lugar de la catástrofe que indica el espurio modelo del Diluvio Universal.

En próximas entregas veremos como no son solo estos factores los que ponen en serios aprietos a la geología diluviana, sino que los arrecifes de coral y las evaporitas también se les indigestan a los acólitos de la madre de todas las inundaciones.

 

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