jueves, 7 de abril de 2022

El Ser Imaginario - Capítulo 18

 
El Ser Imaginario - Capítulo 18 (Comportamientos Diferenciados) 

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“La Religión, no es otra cosa que el reflejo fantástico que proyectan en la mente de los hombres, aquellas fuerzas externas que gobiernan su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales revisten la forma de poderes sobrenaturales.”
 Friedrich Engels , filósofo y revolucionario alemán. (1820 - 1895)

Existen distintas posturas filosóficas sobre el conocimiento, algunas de ellas proponen que éste es inalcanzable, y otras que sólo es posible a través del dogmatismo.

Para el escepticismo por ejemplo, el conocimiento no es posible; lo cual encierra una contradicción en el planteo mismo, ya que si el conocimiento realmente no fuera posible, tampoco la idea de ello lo sería. Para el dogmatismo en cambio, no solamente el conocimiento es posible, sino que las cosas son conocidas tal como ellas son, en ocasiones incluso por imposición, sin verificación o sustento externo de ningún tipo, es decir, fundamentándose a sí mismas.
 
Pero la experiencia, sea sensible, verificación histórica o incluso la impresión que se obtiene del contacto con el objeto, es el verdadero fundamento del conocimiento. El medio del conocimiento es la razón, misma que no funciona sino a través de las evidencias o sensaciones que, de la realidad externa percibimos. Podemos incluso afirmar, que esta debe ser la única manera posible de entender el mundo.
 
Desde niños, nuestro mundo se nos revela de manera paulatina. ¿Cómo podemos conocer sobre nada hasta que accedemos al objeto de manera alguna? Sencillamente no podemos. Sólo por medio de experiencias y evidencias se corroboran los hechos de la vida, sobre todo en la niñez.
 
Básicamente, todo lo que conocemos es gracias a la experiencia y a las conclusiones que se obtienen de la misma. Si la razón se utiliza como herramienta de aprendizaje, los conocimientos son adquiridos de manera efectiva; pero no siempre sucede así.

Por alguna razón, individuos de elevado intelecto, se encuentren influenciados por creencias de todo tipo. Aquí es donde aparecen los comportamientos diferenciados o comportamientos basados en la asimilación cultural.

Comportamientos Diferenciados:
 
Se trata de un comportamiento, basado en el criterio que define la posibilidad de aplicar el cuestionamiento a una idea, dependiendo de la manera en que ésta ha sido inculcada o actúa sobre la psiquis del individuo. (1)
 
Sujetos que funcionan de manera racional, que analizan, racionalizan y luego actúan, no se comportan de tal manera frente a los mitos religiosos. El origen de esta conducta es cultural. Los mitos religiosos, son inculcados como verdades incuestionables y esto invalida el análisis al respecto. ¿Qué tanto prevalece el propio discernimiento por sobre los lineamientos culturales? Tanto como el individuo se atreva a cruzar esta barrera.
 
Para afirmar que un sistema de pensamiento es absolutamente objetivo, deberíamos poder demostrar la existencia de una realidad objetiva e incuestionable que da origen a dicho sistema. Los mitos religiosos, jamás podrían hacer tal cosa, dada su naturaleza. Por lo tanto, todo mito debe ser cuestionado y, de ser necesario, reemplazado por explicaciones realistas.

Toda construcción fantástica del hombre, carece de autenticidad en el mundo concreto. No debe ser la creencia lo que defina al hombre, sino el hombre quien desmitifique las creencias. No existe mito capaz de invalidar el análisis racional, ya que su naturaleza fantástica lo excluye como hecho objetivo y demostrable. Hay de hecho, una diferencia substancial entre suponer y saber. La fe no refiere conocimiento, y podemos inferir incluso, que más bien lo impide. (2) Dicho esto, si aceptamos que la fe prescinde del conocimiento para fundamentar una creencia, podemos deducir también, que es -implícitamente- una condición que detiene el normal desarrollo de los procesos lógicos del mecanismo racional. (3)
 
En reglas generales, el conocimiento, el entendimiento y la experiencia, generan escepticismo. Ahora bien, el temor a romper la barrera de los estándares socioculturales y la incapacidad para separar el mito del resto de las situaciones cotidianas, provoca que muchos individuos opten por no cuestionarse y sostengan aquellas ideas que la razón les demuestra falaces. La exclusiva dependencia de la fe, acompañada por un consecuente menosprecio de la razón, dan como resultado un funcionamiento que protege a las creencias de toda crítica o análisis, es decir: los comportamientos diferenciados.
 
¿Qué es una creencia sino un hábito mental? ¿Y cómo se afianzan dichos hábitos en un sujeto que practica la diferenciación de comportamientos en sus creencias? Sencillamente, alcanzando un estado de certidumbre, que a su vez funciona como fundamento de lo que cree verdadero. Entonces el sujeto elimina cualquier posible contraste entre su creencia y la realidad, ya que la hipotética naturaleza incuestionable de los mitos heredados, crea una barrera ante el cuestionamiento. Esto funciona de manera tal, que la capacidad intelectual del individuo no influye en el modo que las creencias son sostenidas, y los criterios, opiniones y actitudes pasan a ser definidos, al menos en cuanto a lo concerniente a la creencia, por el carácter que al mito se le asigna desde la imposición en la niñez.
Otro proceso que, paralelamente a los comportamientos diferenciados, da como resultado la incorporación no razonada de creencias, es el paso o “mutación” de ideas en creencias. Es decir, la inferencia de una creencia basada en una idea primigenia que la origina indirectamente; ejemplo:
 
La suposición de la existencia de extraterrestres que visitan la Tierra, bien puede transformarse en la creencia de que tales seres han visitado o visitarán la Tierra; sólo es necesario que la idea primera sea entendida como mito, y el sujeto la relacione indirecta o inconscientemente, con la cualidad que asigna a toda creencia, es decir: una naturaleza incuestionable y ajena al análisis crítico.
 
Otro aspecto que contribuye a la incorporación de creencias y el modo en que éstas suelen ser perpetuadas, incluso en casos de individuos con una preparación que, sin lugar a dudas, pondría en jaque la validez de las mismas, tiene que ver con el reconfortante sentimiento de comodidad que la aceptación social genera en las personas.
Retrocedamos hasta el Capítulo Quince:
 
“El ser humano forma grupos y socializa, tal es su naturaleza. Cada grupo humano, funciona de acuerdo con roles dentro de la estructura social. El entorno familiar, en particular, es el responsable de moldear la personalidad, así como de fomentar o desalentar la credulidad del niño.”
 
No podemos funcionar solos, necesitamos del grupo, del sustento emocional y moral que brinda la identidad social. Podríamos incluso pensar, que la valoración del mito, no será, salvo excepciones, un dato que interfiera en el vínculo social. Cuando los mitos nos llegan de nuestro entorno afectivo, el carácter reflexivo propio del pensamiento crítico, se ve comprometido y nos tornamos menos analíticos, ya que priorizamos las coincidencias con nuestros afectos, por sobre la legitimidad de las ideas transmitidas.
 
Es preferible para el hombre promedio, permanecer en un estado de conformismo autoimpuesto, que declararse escéptico y rechazar mito tras mito, ya que, la posible exclusión del entorno social, es un atenuante para adoptar tales posturas. De hecho, el supersticioso es socialmente más aceptado que el escéptico, dada la profunda asimilación que los mitos han sufrido en todos los ámbitos. (4)
 
La religiosidad, ha sido y es para muchos hombres y mujeres, un elemento fundamental en la configuración de grupos de pertenencia, y se ha transformado también, en una característica que define la aceptación o rechazo del individuo en el medio social. La gran mayoría de usos y costumbres devienen de ritos religiosos, del pensar religioso o de la interpretación supersticiosa del mundo. Es muy probable, que grandes grupos de personas, instruidas y en condiciones de superioridad intelectual sobre la masa adoctrinada, deban dejar de lado su escepticismo, tan sólo por sostener una socialización condicionada, y participar de ritos que, en última instancia, ellos mismos contribuyen a perpetuar.

1. Las ideas sobre las cuales el comportamiento diferenciado actúa, son siempre de origen externo, dado que esta es una condición para las mismas sean consideradas mito o idea divinizada. Se trata de aquello que, por ser considerado incuestionable, no es analizado de manera objetiva.
 
2. Individuos cuyo funcionamiento mental no ha sido afectado por causas biológicas, suelen presentar secuelas neurológicas y psiquiátricas, debido a que el ejercicio de obstrucción intencional de las facultades críticas, que el pensamiento religioso fundamentalistas supone, condiciona en gran medida sus respuestas mentales. Este condicionamiento del proceso cognitivo, ocasiona alteraciones del pensamiento, las emociones y el comportamiento. Patologías tales como el delirio religioso, o la utilización de la palabra "Dios", para responder a cada situación aparentemente insalvable desde la razón, son sólo algunos de los síntomas que suelen presentar los sujetos expuestos a sistemas de base dogmática fundamentalista.
 
3. Es imposible conocer aquello que no ha sido experimentado y/o analizado. No se conoce a partir de la aceptación prematura, a priori del cuestionamiento. En tal caso, se estaría aceptando de manera arbitraria, algo que la razón no puede sustentar como verdad objetiva.
4. La consciencia volitiva del hombre, permite que la razón pueda ser reemplazada por mecanismos accesorios. O bien, que ésta no sea sino una opción, en lugar de la pauta para cualquier análisis crítico.

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