domingo, 17 de abril de 2022

Rosa Parks, el racismo y el darwinismo.

Rosa Parks, el racismo y el darwinismo.

Rosa Parks en primer término

Cuando Darwin presentó para su publicación el manuscrito de “El origen de las especies” sabía que se estaba metiendo en un jardín muy espinoso. Era fácil predecirlo porque lo que en él se exponía rompía con el lugar en el que se había posicionado al hombre respecto al resto de seres vivos del planeta. Pese a la inquina que produjo en su tiempo esa publicación el tiempo ha ido poniendo a cada uno en su sitio y hoy, incluso aquellos científicos que piensan que las conclusiones de Darwin están equivocadas, reconocen su figura de gran científico, que recopiló una enorme cantidad de datos biológicos y dio un empujón definitivo a la idea de evolución que otros naturalistas también estaban impulsando en aquella época.

Sin embargo todavía hoy, algunos ven a Darwin como uno de los personajes más nefastos de la historia de la humanidad. Es fácil ver en el ámbito que se mueven esas personas al comprobar que los epítetos que más utilizan son los de “demonio” o “hereje”. La razón de ese odio es puramente religiosa, porque en Darwin no ven a una persona que ha cometido un error científico (desde su punto de vista), sino que para ellos es alguien que ha puesto en duda lo escrito en algunas partes importantes de la Biblia. Y eso merece el desprecio y el peor de los castigos.

Por eso es fácil encontrar en libros, artículos y foros de Internet creacionistas que a Darwin se le culpe en muchas ocasiones con todos los males del mundo actual, y que su teoría induzca los más abyectos crímenes, desde los efectuados por un asesino en serie hasta los perpetrados por un estado como en el caso del nazismo.

El darwinismo es el culpable de todo aquello que los creacionistas consideran como terrible. Fuente: Answer in Genesis

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La práctica pseudocientífica que supone el uso de la Biblia como un libro de ciencia es algo que no sorprende por parte de los creacionistas, su deformación de la realidad para hacerla encajar en su fundamentalismo religioso tampoco. Pero esa es una forma muy peligrosa de actuar, cuando se hace una lectura pseudocientífica de la historia puede darse de bruces con una simplificación barata contra sus propios intereses.

Para ello basta comprobar qué ocurría a mediados del siglo XX en Europa y en los estados del cinturón bíblico de los EEUU. En los años 40 gran parte de Europa vivía bajo la bota de la Alemania nazi cuya maldad procede del darwinismo según los creacionistas; aunque es curioso que un régimen que apoyó tan poco la docencia de las tesis de Darwin, como fue la dictadura católico-fascista de Franco, simpatizara tanto con los nazis. Paradojas “sin importancia”. Mientras eso ocurría a este lado del Atlántico, en los estados del cinturón bíblico de los EEUU, tan amantes de la Biblia, tan buenos hermanos convivían en paz y nadie se creía superior a nadie, y por supuesto nadie era discriminado por motivos de raza o religión, como ocurría en la Alemania nazi. ¿O quizás sí?

Un aniversario celebrado ayer nos has traído recuerdos de lo que realmente pasaba en ese jardín del Edén. El día 1 de diciembre de 1955 Rosa Parks mostraba al mundo cómo los ciudadanos estadounidenses de raza negra de los estados del Sur (muchos de ellos integrados en el cinturón bíblico) eran sistemáticamente discriminados. Existía para ellos un “apartheid” total: no podían ir a las mismas escuelas que los blancos, ni podían entrar por la misma puerta al cine, ni podían sentarse en la parte delantera de un autobús, ni entrar en los mismo bares, ni acudir a la universidad…¡incluso existía segregación racial en las iglesias!. Todo ello promovido por fervientes amantes de ese capítulo bíblico que dicen que el darwinismo ataca.

: Manifestación a favor de los derechos civiles de los ciudadanos negros en Estados Unidos

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Rosa Parks mostró a los miembros de su raza que ya estaba bien de aguantar tanto. Ella iba sentada en un autobús de la ciudad de Montgomery (Alabama), en la parte trasera destinada a los negros. En un momento determinado el autobús se llenó y una persona de raza blanca le pidió el asiento, al cual tenía derecho, por el simple hecho de ser blanca. Rosa se negó y fue detenida y encarcelada por ello. Martin Luther King pidió entonces una huelga curiosa en aquella época, pero muy en la línea de la resistencia pacífica que siempre promulgó: pidió a los negros de Montgomery que no usaran los autobuses de la compañía donde se había producido esos acontecimientos. Los trabajadores acudieron al trabajo en taxis para negros (también había segregación en este medio de transporte) que bajaron sus precios para solidarizarse con la huelga, en coches que compartían hasta llenarlos, bicicletas o andando. Teniendo en cuenta que el 75% de los usuarios de la compañía de autobuses eran trabajadores negros es fácil entender que la misma se situase al borde de la quiebra. Más de un año y medio después, el Tribunal Supremo de los EEUU daba la razón a Rosa Parks y declaraba la segregación en el transporte público como contrario a la constitución de los EEUU.

El éxito del racismo en estados como Alabama se correlaciona muy bien con el éxito que tiene en ese tipo de estados del creacionismo. Por tanto, en este caso no se puede argumentar que el racismo venga motivado por el darwinismo, el cual ni siquiera puede ser enseñado con normalidad en las escuelas de ese estado. De hecho hay estudios sociológicos que correlacionan el fundamentalismo religioso con comportamientos racistas. Pero no voy a pecar de lo mismo que hacen ellos, no voy a construir una explicación pseudocientífica argumentando que ese racismo es consecuencia de intentar aplicar el Antiguo Testamento. No lo haré, porque el racismo tiene unas explicaciones mucho más complejas para andar trivializando y asignándolo a lo primero que se nos pase por la cabeza.

 

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