martes, 12 de abril de 2022

Los problemas de Noé

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Los problemas de Noé

 

Entre los creacionistas que pretenden imponer el relato bíblico literal como una enseñanza obligatoria en ciencias e historia en las escuelas, el mito del Arca de Noé es vestido como si se tratase de un hecho probado y, sobre todo, posible.

Intentando hacernos comulgar con ruedas de molino, los literalistas se afanan en explicar como pudieron caber millones de animales en un barco de madera, o cómo se mantuvieron vivos y se multiplicaron después. Todo ello arropado por unos datos numéricos y una jerga que pretenden darle validez científica.

El agua del diluvio o como meter el océano en un cubo.

Siguiendo el Génesis, debemos creer que «Aquel día fueron rotas todas las fuentes, y las cataratas del cielo se abrieron, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches […] Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos […] Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días» (Génesis, 7).

Comparación del volumen del agua (izquierda) y atmósfera (derecha) del planeta, en comparación con la propia Tierra.

Comparación del volumen del agua (izquierda) y atmósfera (derecha) del planeta, en relación con la propia Tierra.

Bien, este relato impone que tuvo lugar un diluvio que provocó la subida de las aguas por encima de todos los montes del planeta. Esto supone que el agua tuvo que elevarse por encima del nivel del mar actual 8.844 metros, al menos, que es la altura del monte Éverest, el más alto de la Tierra. Calcular la cantidad de agua necesaria para tal inundación es un ejercicio muy sencillo, conociendo el volumen de la Tierra, el volumen que ocuparía la misma si su superficie líquida alcanzara los 8.844 msnm y restando ambas:

El radio medio de la Tierra es de 6.371 km, mientras que el radio que tendría una esfera cuya superficie alcanzara la cima del Everest, sería de 6.371 + 8,844 km, es decir, 6379,844 km.

Volumen de la Tierra sería 4/3 π r3 = 4/3 · 3,1416 · 63713 = 1,0834 x 1012 km3

Volumen del globo inundado sería 4/3 π r3 = 4/3 · 3,1416 · 6379,8443 = 1,0878 x 1012 km3

Restando ambos, el volumen de agua caída durante los 40 días del diluvio sería: 1,0878 x 1012 – 1,0834 x 1012 = 4,4 x 109 km3. Es decir, 4.400.000.000 km3 de agua.

Esto supone más de tres veces el agua de todo el planeta, contando océanos, casquetes polares, lagos, acuíferos, ríos, etc. (que, además, no pudo emplearse para la lluvia, dado que tuvo que cubrir el globo entero).

La primera pregunta, obviamente es ¿de donde salieron 4.400 millones de kilómetros cúbicos de agua, contando que todo el agua del planeta representa tan solo 1.340 millones?

Corre, corre que te mojas.

Una lluvia torrencial no provoca una subida tranquila de las aguas

Una lluvia torrencial no provoca una subida tranquila de las aguas

El segundo escollo es que, según el Génesis, estuvo diluviando durante 40 días, es decir, 960 horas o, lo que es lo mismo, 3.456.000 segundos. Esto supone que durante cuarenta días, cayeron sobre la tierra algo más de 1.273 km3 de agua por segundo.

Dado que el diámetro del planeta es de 510.065.284,702 km2, durante cuarenta días seguidos estuvieron cayendo unos 2,5 litros por segundo y metro cuadrado. En términos estandar, estamos hablando de 9.000 mm/h durante 40 días seguidos (como dato comparativo, el mayor valor registrado históricamente es de 2.286 mm/h, durante un minuto de duración).

Tal ritmo de precipitación continuada no produce una inundación tranquila (como al rellenar lentamente el agua de un estanque), sino un fenómeno torrencial que, especialmente en tierra va ligado a inmensos desplazamientos de agua y miles de toneladas de materiales arrastrados (De hecho, una lluvia torrencial se denomina así a partir de los 60 mm/h, y estamos hablando de 9.000 mm/h). El agua no podría simplemente “subir lentamente”, sino que arrasaría las tierras emergidas en enormes avenidas, torbellinos y corrientes.

La pregunta en esta parte es ¿como pudo un navío primitivo de madera, diseñado únicamente para flotar y no para navegar, mantenerse en un infierno de avalanchas y corrientes de agua?

Abracadabra!

Por si fuera poco, existe un problema final: tras 150 días de inundación, simplemente, los 4.400.000.000 km3 de agua “se retiran”. Invirtiendo la pregunta del punto uno, ¿donde se metió de repente toda esa agua?. La simple idea de que se evaporara es impensable, dado que saturaría la atmósfera al 100% de humedad solamente una fracción de la misma, haciendo imposible la respiración y la evaporación del resto.

El titanic de madera

Con la tecnología de la época, es inimaginable construir un barco como el que describe la Biblia en siete días.

Según Génesis 6:15, el arca tenía trescientos codos de largo, cincuenta codos de ancho y treinta codos de alto. Según las interpretaciones literalistas, esto supone un navío de 133 x 23 x 14 metros, con casi 14.000 toneladas de peso.

Aunque no está claro el tipo de madera empleado (el Génesis dice “gofer”, que se supone podría ser cedro o ciprés). Poniendo un tronco medio (por ejemplo cedros de 60cm de diámetro y 8m de altura), tendríamos un volumen de pi x 0,62 x 8 = 9 metros cúbicos, que a 380 kg (peso medio del cedro) supondrían 3,4 toneladas.

Para la obtención de la madera necesaria, habría hecho falta talar (14.000 / 3,4) 4.100 árboles.

Según el génesis 7 (Reina-Valera 1960), Dios ordenó a Noé construir el arca y meter los animales, y a los siete días, comenzó el diluvio (Génesis 7:4).

Es decir, el bueno de Noé se taló casi 600 árboles diarios, alternando la tala con el corte, pulido, ensamblaje, construcción del arca y embreado. Espero, eso sí, que ayudado por sus tres hijos, para así dejar la tala en 200 árboles diarios (corte, ensamblaje y construcción aparte) y poder dejar algo de tiempo para la segunda parte del trabajo.

El pastor sobrehumano

Además de la construcción, hubo de reunir siete parejas de cada animal “puro” (aunque no queda muy claro en el génesis, parece referirse a ganado y aves) y una pareja de cada especie de animales “impuros” (se supone que el resto).

Habida cuenta que los literalistas no creen en la evolución de las especies y, según la Biblia, solo hubo un acto de creación, debieron reunirse todos los mamíferos terrestres, aves, reptiles, anfibios, invertebrados terrestres (incluyendo insectos), virus, bacterias y protistas no marinos, así como plantas y hongos.

Hasta hoy, se han descrito 1,7 millones de especies, sabiendo con total seguridad que no son todas las que existen (las estimaciones varían entre 5 y 10 millones).

De éstas, 25.000 son mamíferos, aves, reptiles y anfibios, 950.000 insectos y cerca de 80.000 arácnidos. Y por dar facilidades, vamos a olvidarnos de otros vertebrados, plantas, algas, hongos, virus, bacterias, moluscos, crustáceos y demás (es decir, más de 500.000 especies).

La biodiversidad de un solo país no cabe en un barco, pensemos en la del planeta entero.

La biodiversidad de un solo país no cabe en un barco, pensemos en la del planeta entero.

En total, entre vertebrados terrestres, aves, insectos y arácnidos, tenemos 1.100.000 especies. A dos ejemplares por especie (y de nuevo vamos a rebajar el número, ignorando seis parejas de aves y animales “puros”), son 2.200.000 individuos, eso suponiendo que conociéramos todas las existentes (en realidad, no conocemos ni la mitad).

Separando completamente el problema de la construcción del arca, y fantaseando sobre el hecho de que los animales pudieran entrar en el barco al tiempo que este se construía, tendríamos 7 dias (168 horas) para colocar 2.200.000 animales (y da lo mismo su tamaño, puede tardarse más tiempo en acomodar una pareja de escarabajos que una pareja de bueyes).

Esto nos supone la localización, captura, conducción, entrada y acomodación de 13.095 animales a la hora, es decir, 218 minuto o lo que es lo mismo, 3,63 bichos por segundo.

Resumiendo: en siete días, Noé se recorrió el mundo para reunir 2.200.000 animales, a la vez que talaba 600 árboles diarios, los cortaba en tablones y ensamblaba para formar un arca simultáneamente a la acomodación de 3,6 animales por segundo, DE FORMA ININTRERRUMPIDA durante estos siete días…

Me he quedado sin fuerza para calcular lo que hubiera costado (en recursos y tiempo) la recolección y almacenamiento de la comida necesaria (Génesis, 6:21).

Todo esto sin contar que el supuesto diluvio habría acabdo con la fauna marina de todo el planeta, al desalinizar los océanos mediante el inmenso aporte de agua dulce. De igual forma, hongos y plantas terrestres hubieran también perecido por la inundación, debiendo sumar así a la carga que debió transportar el bueno de Noé una inmensa cantidad de acuarios acondicionados para agua salada (cualquier aficionado a la acuariofilia puede constatar lo complicado que es mantener uno solo), así como millones de macetas .

Pensión completa

Según Génesis 6:15, el arca tenía trescientos codos de largo, cincuenta codos de ancho y treinta codos de alto. Según las interpretaciones literalistas, esto supone un navío de 133 x 23 x 14 metros. ¿Como cupieron 7 parejas de cada animal “puro” y dos parejas de cada “impuro” en este espacio?

Tradicionalmente, los creacionistas realizan un cálculo muy simple que garantiza espacio suficiente para lo que ellos afirman, eran las especies vivientes en los tiempos de Noé. Según “Respuestas en Génesis”, “el Arca medía 133 x 23 x 14 metros, con un volumen de 39,500 metros cúbicos. Investigadores han mostrado que esto equivale al volumen de 522 vagones de carga de ferrocarril (como los de EE.UU.), cada uno de los cuales puede llevar 240 ovejas. A propósito, sólo el 11% de los animales terrestres es más grande que una oveja. Sin meternos en todas las matemáticas, los 16,000 animales habrían ocupado mucho menos de la mitad del espacio en el Arca (permitiéndoles incluso tener espacio para moverse).

Este razonamiento creacionista, basado en premisas completamente falsas, no es más que una arguicia para encajar lo inencajable. Las incongruencias manifiestas del argumento son las siguientes:

Los híbridos entre especies próximas, como el ligre (leon y tigr) suelen ser estériles.

Los híbridos entre especies próximas, como el ligre (leon y tigr) suelen ser estériles.

1. Es falso que podamos considerar únicamente 16.000 como el número de animales necesarios. Ya que, siempre según la Biblia, no ha habido creación desde el origen del mundo, necesariamente todas las especies actuales debían estar representados en el arca, dado que no pudieron ser creados a posteriori. Como se ha comentado antes, tomando solamente vertebrados terrestres, aves, insectos y arácnidos, tendríamos 2.200.000 individuos, un poquito más que los pretendidos 16.000.

La excusa creacionista de que muchas especies, en realidad, son lo mismo es una deshonestidad (“Cuando usted se da cuenta de que los caballos, las cebras, y los asnos son probablemente descendientes del género equino original, Noé no tenía que llevar dos pares de cada uno de esos animales” Respuestas en Génesis).

Los caballos, las cebras y los asnos no dan híbridos fértiles, por lo tanto, son especies diferentes que no pueden reproducirse entre sí. La única forma de que Noé solo transportara un ejemplar del “género equino original” es que este hubiera originado posteriormente (y, evidentemente, por evolución) las especies actuales. Es increíble que los creacionistas mantengan esta tesis a la par que niegan cualquier evolución de una especie en otra.

Por lo tanto, tenemos que meter 2.200.000 animales en 39.500 metros cúbicos, es decir, una media de 55 animales por metro cúbico.

 

2. No podemos comparar el arca con un convoy de vagones llenos de ovejas. Haciendo un cálculo simple, en el ejemplo del tren que esgrimen los creacionistas, las ovejas se concentran en un ratio de más de 3 ovejas por metro cúbico, lo que exige además que el vagón tenga varios pisos de un metro de altura para poder apilarlas (en caso contrario hablaríamos de más de 6 ovejas por metro cuadrado, lo que es virtualmente imposible. Este hacinamiento, evidentemente, puede soportarse durante la duración de un viaje en tren (unas cuantas horas, un par de días a lo sumo). Sería completamente imposible que nuestras queridas ovejas se mantuvieran vivas en esas condiciones durante un año, que es la duración impuesta por la Biblia al periplo del arca.

3. ¿Un animal pequeño necesita un espacio pequeño? Cierto que la mayor parte de los animales son menores que una oveja (aunque otros, como los elefantes, jirafas, rinocerontes o hipopótamos elevarían muchísimo la media). Sin embargo, es un error pensar que un escarabajo se transporta en una caja de cerillas y una bacteria se mantiene sola flotando en el aire. El mantenimiento durante un año de muchísmos de estos animales resulta extremadamente complicado, tanto en espacio como en recursos.

No podemos meter una rana en una caja de zapatos durante tanto tiempo. Es necesario proveerlas de un acuario con agua dulce y limpia, con la posibilidad de salir a tierra, garantizando espacio para alimentación, cortejo y puesta de huevos. Muchos anfibios son, además, muy exigentes con la limpieza del agua, lo que exige un suministro constante de agua dulce y limpia. Si somos estrictos, todo ello para 7 parejas de cada especie (los anfibios no son animales “puros” según la Biblia). Actualmente conocemos 4.000 especies de anfibios, y todos los años se describen varias especies nuevas. En total, Noé necesitaría anfibiarios (con el correspondiente suminsitro de agua dulce y limpia) para 28.000 individuos como poco.

Los requerimientos alimenticios de muchas especies "pequeñas" son muy complejos. Por ejemplo la avispa Planiceps hirsutus parasita a una araña tapadera de California. Busca un pozo de araña en las dunas, y modifica la entrada moviendo la arena para hacer salir a la araña. Cuando sale, la avispa ataca y la paraliza. La arrastra nuevamente al pozo, deposita un huevo sobre la araña y luego vuelve a tapar el pozo. La larva nace y se alimenta de la araña.

Los requerimientos alimenticios de muchas especies "pequeñas" son muy complejos. Por ejemplo la avispa Planiceps hirsutus parasita a una araña tapadera de California. Busca un pozo de araña en las dunas, y modifica la entrada moviendo la arena para hacer salir a la araña. Cuando sale, la avispa ataca y la paraliza. La arrastra nuevamente al pozo, deposita un huevo sobre la araña y luego vuelve a tapar el pozo. La larva nace y se alimenta de la araña.

Lo mismo (o peor) ocurre con los insectos (cerca de un millón de especies), tradicionalmente puestos como ejemplo de animal pequeño: Noé hubiera necesitado miles de árboles para los xilófagos, acuarios para los acuáticos, praderas de flores al aire libre para los florícolas, millones de cadáveres para los necrófagos, cantidades ingentes de presas vivas (con sus propios requisitos de mantenimiento) para los carnívoros, etc.

Hoy conocemos varios miles de especies de parásitos, muchos de ellos mortales de necesidad, para el hombre y otros animales y plantas. ¿Como puede sobrevivir un parásito un año entero sin matar a su anfitrión? Dado que muchas especies no son capaces ni de hibernar ni de enquistarse y que existe una gran especificidad hacia el huesped, al número de animales que hubo que acomodar para su propia supervivencia, habría que sumarle una cantidad aún mayor para servir de caldo de cultivo a los parásitos, incluyendo elefantes y dinosaurios, ranas e insectos y prácticamente cualquier tipo de animal existente. Volvamos a calcular vagones, acuarios, árboles, estanques, praderas…

5. Tecnología microbiológica. ¿Como se pudo, con la tecnología de la época, y manejando a diario toneladas de alimentos, carroña y excrementos en un barco en el que se hacinan parásitos, virus y bacterias, mantener las más mínimas condiciones de higiene y salubridad? ¿como se aislaron miles de virus para que no infectaran a los animales sanos? ¿como se fabricaron, mantuvieron y controlaron miles de cultivos microbianos durante una año? ¿Como se evitó la contaminación del agua dulce, del alimento y de los propios seres vivos? Ni la Biblia ni los modernos creacionistas hacen ninguna referencia a este problema, obviamente, por su irresolubilidad.

6. La elaboración de los menús, un problema de logística. También habría que preguntarse por como sortearon, tan solo 8 personas, el problema de almacenar los alimentos necesarios para más de dos millones de animales y garantizar el suministro diario hasta el último acuario o jaula existente en el arca. Simplemente poner agua fresca y alimento, una vez al día, a 2.000.000 de animales supone que cada una de los 8 humanos debieron estar dando de comer y de beber, de una forma u otra a más de 3 animales por segundo, de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día, sin tiempo para dormir, ni realizar otra actividad. Y de nuevo, ignoramos la orden bíblica de 7 parejas de los animales impuros, porque entonces tocaría alimentar a más de 120 animales por segundo.

Muchas especies de xilófagos se alimentan de madera viva

Muchas especies de xilófagos se alimentan de madera viva

Aún así, el mayor problema con la comida es otro: la dieta no pudo consistir en un “rancho” unitario. Los requierimientos alimenticios de un oso polar, de un escarabajo carroñero o de un condor de los Andes son muy diferentes. ¿Cómo se almacenaron toneladas de carne fresca para los carnívoros? ¿Como se pescaron toneladas de peces para los piscívoros? ¿Donde y como se cultivaron miles de especies diferentes de flores para obtener el pólen y nectar de insectos y otros florícolas? ¿como se almacenaron los cadáveres necesarios para los descomponedores? ¿donde se plantaron los árboles para los xilófagos? ¿como se fabricaron los medios de cultivo para las bacterias? ¿como se criaron los alevines de peces dulceacuícolas de los que se alimentan las larvas de libélula? y tantos otros miles de interrogantes. Y además, por supuesto, sin cámaras frigoríficas, sin estufas de cultivo, sin hielo, sin desinfectantes y sin antibióticos ¡durante más de un año!

Es obvio que tanto por requerimento de espacio, almacenamiento y conservación de alimentos, requisitos dietéticos, problemas de higiene y parasitismo, tiempo disponible de tan solo 8 personas y otros aspectos considerados, no es posible haber mantenido una muestra de todos los seres vivos no marinos durante un año en un arca de tales dimensiones, ni siquiera en otra muchísimo mayor. Es una fantasía irracional intentar hacernos creer que es posible mantener un ecosistema de 39.500 metros cúbicos con una biodiversidad equivalente a la de todo el planeta durante un año entero y por medio de 8 trabajadores. Por muchas ovejas que quepan dentro. El arca de la esperanza se hubiera convertido en un cementerio flotante mucho antes de que ninguna paloma alcanzara una rama de olivo.

Repoblando, que es gerundio

A pesar de todos los impedimentos anteriores, supongamos por un momento que el arca y sus comprimidos habitantes soportaron los más de once meses hasta que, según el Génesis 8:11, Noé envió una paloma “para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra”. Ésta “no halló donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra”. Noé espero siete días y la volvió a soltar, volviendo esta vez “a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra”.

Impresionantes los olivos de aquellos tiempos: tras soportar un año bajo el agua, aún conservaban las hojas (muertas, supongo). O bien, aún más impresionante, eran capaces de germinar y desarrollar hojas en menos de 7 días.

Tras la maravilla del olivo, el bueno de Noé aún esperó otros dos meses para sacar al pasaje del arca, y tras pisar la tierra seca, empezar la ímproba labor de repoblar.

Siempre según el génesis, todos los supervivientes humanos varones eran Noé y sus tres hijos (Génesis 7:7). De los animales limpios, siete parejas menos los sacrificados, y una única pareja del resto.

Los problemas de cosanguinidad, especialmente para los humanos y animales “no limpios”, de los que únicamente fue salvada una pareja, habría supuesto un riesgo elevadísimo para la supervivencia de las especies.

Aún suponiendo una salud genética excepcional, lo que habría supuesto una selección genética previa a la recolección, la repoblación del planeta es literalmente imposible.

Pongámos únicamente un ejemplo, utilizando leones y gacelas, aunque se puede escoger prácticamente cualquier parte de la red trófica:

La capacidad repobladora de Noé hubiera dejado atónito al angiguo ICONA

La capacidad repobladora de Noé hubiera dejado atónito al angiguo ICONA

Un león adulto come aproximadamente unos 20-40 kilos de carne a la semana, más o menos lo que viene a pesar una gacela común. Por lo tanto, la pareja de leones, durante el primer año, hubiera necesitado acabar con cerca de 50 gacelas. Las gacelas, al igual que la mayor parte de los herbívoros que sirven de presa a los leones, presentan un máximo de 2 crías al año. Evidentemente, al haber acabado con las gacelas antes de que finalizara la primera semana, los leones habrían tenido que ir a por los oryx, los antílopes, ñus, y todo bicho viviente que se les pusiera por delante. Una vez aniquilados los pequeños herbívoros, los mayores hubieran supuesto además un gran derroche: los leones no son carroñeros y, tras cazar un antílope de 300 kilos, solo aprecharían la primera atacada, el equivalente a un par de gacelas pequeñas.

No hay que saber mucho de ecología para entender que el número de especies disminuye drásticamente en un ecosistema donde los ejemplares por especie de predadores y de presas son iguales. Obviamente, en poco tiempo habrían desaparecido unos u otros (o, lo más probablemente, ambos).

Sin embargo, el problema alimenticio no debió ser exclusiva de los predadores. Los herbívoros debieron sufrir regímenes similares. Un elefante come cerca de 100 a 150 kilos de materia vegetal al día. Una pareja, por lo tanto, de 200 a 300 kilos. Tras haber necesitado solo para ellos más de 90 toneladas de materia vegetal fresca durante el viaje, habrían precisado una pequeña selva ya formada que les estuviera esperando al desembarcar. Al menos, gacelas y antílopes no hubieran consumido mucho, ya que los leones se los habrían comido en los primeros días tras el abandono del arca.

En definitiva, nadie en su sano juicio puede pretender una interpretación literal del mito del diluvio. Solo como fábula tiene sentido, y como tal lo consideran muchísimos creyentes. Este artículo no va dirigido a ellos, sino a aquellos fundamentalistas que se empeñan en afirmar que el relato bíblico del diluvio es algo compatible con nuestros conocimientos científicos.

 

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